Mover ficha: convertir la indignación en cambio político
Mover ficha: convertir la indignación en cambio político es un manifiesto que promueve articular la movilización social en un proceso electoral «participativo y abierto a la ciudadanía».[1] Pretenden impulsar «una candidatura por la recuperación de la soberanía popular» para las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, que tendrán lugar entre el 22 y el 25 de mayo.
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[editar] Manifiesto
“ | Al igual que en otros momentos de la historia, vemos hoy un continente europeo sumido en la perplejidad. Mientras las mayorías miran con nostalgia el pasado perdido, unas poderosas minorías, sin otro criterio que su propia supervivencia, demuestran que el enriquecimiento es su bandera y la impunidad su horizonte. Nunca en Europa ha habido tanta gente descontenta con la pérdida de derechos y, al tiempo, menos perspectivas de poder canalizar esa indignación a través de alguna opción electoral que emocione y que, al tiempo, demuestre capacidad de representación de las mayorías golpeadas y capacidad de gestión eficiente y comprometida que haga reales las mejores opciones posibles. Resulta para muchos intolerable que en la mayor crisis del sistema desde el crack de 1929, las fuerzas que se dicen progresistas muestren su mayor debilidad, condenando a las mayorías de nuestros países a una suerte de melancolía que conduce a la resignación y a la depresión política. Pero hemos pasado por peores momentos y hemos sido capaces de sobreponernos a las dificultades. ¿Por qué debiera ser ahora diferente?
Las elecciones al Parlamento Europeo se van a celebrar en un momento de profunda crisis de legitimidad de la Unión Europea. En nuestro caso, estamos ante la mayor pérdida de credibilidad del régimen nacido con la Constitución de 1978. Movimientos de indignación política como el 15M conectaron con una clara voluntad popular: no sacrificar más derechos en el altar de unos mercados guiados por la especulación y la rapiña. La impotencia o dejación de responsabilidades de los Gobiernos, la incapacidad voluntaria de los partidos políticos de gobierno, la conversión de los Parlamentos en órganos burocráticos y sin capacidad política y el desconcierto de los sindicatos han dejado a la ciudadanía abandonada a su propia suerte. Como en tantos otros países, la perplejidad está siendo utilizada para convertir las deudas privadas en públicas, para traspasar a grupos particulares los bienes comunes levantados durante décadas y para dedicar los últimos recursos públicos a la financiación de intereses empresariales particulares y estrechos. Estamos ante un golpe de Estado financiero contra los pueblos del sur de la Eurozona. Los que mandan están vendiendo el país y nuestro futuro a trozos. El aumento de la represión (con leyes más autoritarias, incremento de las multas en un escenario de empobrecimiento económico e, incluso, dificultades para el ejercicio de derechos civiles y políticos) termina de completar un paisaje dominado por el agravamiento de las desigualdades sociales y de género y una mayor depredación de los recursos naturales. No es extraño el pesimismo y el derrotismo que parecen mostrar sectores a los que, sin embargo, les bastará una chispa de ilusión para salir de esa trampa de la desesperanza. Las leyes de seguridad ciudadana (que convierten en delito las formas de protesta inauguradas por el 15M), el regreso de la represión contra la libertad de las mujeres, el cercenamiento de la democracia en los ámbitos políticos locales, el mayor control de los medios de comunicación o el control de la judicatura quieren crear un escenario donde el miedo suspenda la democracia. Formas que caminan hacia regímenes autoritarios envueltos en procesos electorales cada vez más vaciados de contenido. ¿Tiene sentido que el 90% de la población que está sufriendo estas políticas no se dote de herramientas para crear un futuro más luminoso? Pero no es cierto que estemos instalados en la derrota. Pese a esos intentos, vemos que ese muro no es infranqueable y que, desde abajo, es posible frenar estos procesos de involución de nuestras democracias. Hoy es una realidad nuestra exigencia de una política que regrese a las calles, que hable como la mayoría de la gente que está harta, es más real que nunca nuestra exigencia de una mayor generosidad a los representantes, de una mayor horizontalidad y transparencia, de un regreso de los valores republicanos de la virtud pública y la justicia social, del reconocimiento de nuestra realidad plurinacional y pluricultural. Hacía décadas que no era tan real nuestro deseo de tomar nuestras propias decisiones y responder a nuestras propias preguntas. La casta nos conduce al abismo por su propio beneficio egoísta. Sólo de la ciudadanía puede venir la solución, como han venido la protección del empleo, la defensa de las familias frenando desahucios o la garantía de los servicios públicos, pequeñas pero significativas victorias. La movilización popular, la desobediencia civil y la confianza en nuestras propias fuerzas son imprescindibles, pero también lo es forjar llaves para abrir las puertas que hoy quieren cerrarnos: hacer llegar a las instituciones la voz y las demandas de esa mayoría social que ya no se reconoce en esta UE ni en un régimen corrupto sin regeneración posible. En las próximas elecciones al Parlamento Europeo es necesario que haya una candidatura que se ofrezca a la ola de indignación popular que asombró al mundo. Nos alegramos del avance de las fuerzas de la izquierda, pero somos conscientes de la necesidad de hacer algo más para poner en marcha los cambios que necesitamos. Es tiempo de valentía y de no dejar que se cierre la ventana de oportunidad que el compromiso de tanta buena gente ha abierto. Necesitamos una candidatura unitaria y de ruptura, encabezada por personas que expresen nuevas formas de relacionarse con la política y que suponga una amenaza real para el régimen bipartidista del PP y del PSOE y para quienes han secuestrado nuestra democracia. Una candidatura que sume a la capacidad de gestión de lo público, la capacidad de involucrar a las mayorías en la configuración de su propio futuro. Una candidatura que dé respuesta a esa juventud a la que se invita a abandonar otra vez el país, a unos trabajadores que ven mermados día a día sus derechos, unas mujeres que tienen que volver a reclamar lo obvio, unas personas mayores a las que parece no haberles bastado luchar y trabajar toda una vida. Una candidatura que avance desde los espacios ya logrados y que logre avanzar más allá de la parálisis actual. Una candidatura que mueva ficha para convertir el pesimismo en optimismo y el descontento en voluntad popular de cambio y apertura democrática.
Quienes firmamos este manifiesto estamos convencid@s de que es el momento de dar un paso adelante y de que dándolo nos vamos a encontrar much@s más. Los de arriba nos dicen que no se puede hacer nada más que resignarse y, como mucho, elegir entre los colores de siempre. Nosotros pensamos que no es tiempo de renuncias sino de mover ficha y sumar, ofreciendo herramientas a la indignación y el deseo de cambio. En las calles se repite insistentemente «Sí se puede». Nosotras y nosotros decimos: «Podemos». |
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—Mover ficha: convertir la indignación en cambio político |
[editar] Firmantes
Entre los firmantes se encuentran:
- Juan Carlos Monedero (profesor CC. Política UCM)
- Alberto San Juan (actor)
- Marta Sibina (editora de la revista Café amb Llet)
- Santiago Alba Rico (escritor)
- Cándido González Carnero (sindicalista, Asturies)
- Jaume Asens (abogado)
- Albano Dante-Fachin (editor de la revista Café amb Llet)
- Jorge Riechmann (poeta, activista ecologista)
- Jaime Pastor (profesor CC. Políticas UNED)
- Cecilia Salazar-Alonso (activista de la Marea Verde-Madrid)
- Teresa Rodríguez (profesora de secundaria, delegada sindical y parte de Marea Verde Andalucía)
- Francisca Camacho (limpiadora de la Universidad de Cádiz y delegada sindical)
- Laura Mingorance (estudiante de la Universidad de Cádiz y parte de la Asociación Estudiantil Contra la Precariedad)
- Jesús Jaén (activista de la Marea Blanca-Madrid)
- Carmen San José (activista de la Marea Blanca-Madrid)
- Javier Cordón (activista de la Marea Blanca-Madrid)
- Sixto Casado (sindicalista ferroviario)
- Antón Gómez Reino-Varela (activista social, Galiza)
- Jorge Moruno (sociólogo)
- Elena Maeso (Oficina Precaria, Madrid)
- Isabel Serra (activista social, Madrid)
- Tristán Meyer (La Tuerka)
- Bibiana Medialdea (profesora de economía de la UCM)
- Olga Abasolo (socióloga)
- Raimundo Viejo Viñas (profesor de Ciencias Políticas de la UdG)
- Germán Cano (profesor de Filosofía de la U. de Alcalá)
- Rita Maestre (estudiante)
- Alejandro García (delegado sindical en McDonalds, Granada)
[editar] Referencias
[editar] Noticias relacionadas
Hemeroteca: |
[editar] Véase también
- Podemos
- Lista de manifiestos
- Soberanía popular
- Elecciones al Parlamento Europeo de 2014
- Lista de proyectos políticos en torno al 15M