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Cada uno de nosotros se sentía estafado por los políticos y los banqueros, pero no veíamos que a nuestro lado había una persona igual, pensando lo mismo que nosotros. Hoy somos más fuertes. Y somos más. Las plazas de todo el país y del mundo entero lo acreditan. Por ello, ante el brutal desalojo de la Plaza Cataluña, desde la Acampada del Movimiento 15M de Valladolid expresamos nuestro más profundo rechazo a la violencia y nuestro firme compromiso con las protestas del movimiento ciudadano15M. Somos todos personas normales, algunos en paro, otros sin trabajo, con creencias distintas o sin ellas, personas de una ideología u otra, estudiantes, pequeños emprendedores, autónomos o funcionarios, jubilados o amas de casa. Pero todos estamos indignados, hartos de la actual indefensión ante políticos, banqueros y grandes empresarios. Ahora lo sabemos. Estamos todos de acuerdo en cambiar el rumbo de una democracia que no nos representa porque solo mira al ombligo de sus castas, al enriquecimiento personal de aquellos que deberían servirnos. Por primera vez en la historia de nuestra democracia estamos todos unidos. Da igual de dónde seamos y lo que pensemos: hoy estamos aquí. No somos más sus marionetas y por eso estamos hoy en la calle. Un espíritu de concordia y cambio recorre toda España desde hace una semana. También en el planeta entero, de Berlín a Buenos Aires, de Tokyo a Nueva Zelanda están surgiendo gritos como el nuestro: ¡Queremos otra democracia! ¡Participativa! ¡Más equitativa! ¡Sin dictados de políticos corruptos ni banqueros! En solo una semana hemos conseguido hacer oír nuestras voces y construir una propuesta nueva a partir de nuestra indignación. Queremos participar en las decisiones democráticas. Queremos acabar con los privilegios de los políticos, con la corrupción. Queremos una ley electoral que nos represente. Queremos un sistema en el que no sean las empresas y los bancos los que gobiernen en la sombra. Queremos un trabajo digno en condiciones humanas. Queremos una economía sostenible y cuidadosa con la naturaleza, equitativa, que ponga siempre por delante a las personas, que no seamos nosotros sus mercancías. Hemos venido aquí para decir que se acabó, que ya no toleramos más a esos políticos y banqueros que nos estafan a diario y comparten plato y mesa. Somos cada día más los que decimos claramente en nuestras plazas que queremos otra democracia: con nosotros y para nosotros.