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PAHs de toda Catalunya y del resto del estado respondieron en masa al llamamiento a defender el Bloc Salt de la Obra Social de la PAH. Alrededor de 800 personas durmieron en el Bloc la noche anterior y al día siguiente más de un millar esperaron ante el edificio la llegada de los Mossos.

Paralelamente, la movilización social y la presión de la desobediencia civil habían llegado hasta las puertas de Europa. En una decisión sin precedentes, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo aplazó el desalojo, pues echar a los ocupantes del Bloc Salt vulneraría un derecho internacional como es el de la vivienda. El Tribunal instó al gobierno central a aclarar "qué medidas piensa tomar" con las personas que viven en el edificio si son desalojadas. La postura de la PAH al respecto es muy clara: Los habitantes deben quedarse en el Bloc Salt en régimen de alquiler social.

Ante la actual emergencia habitacional, la Obra Social de la PAH exige que las viviendas propiedad de la SAREB se destinen a alquiler social. La PAH no permitirá que la SAREB siga malvendiendo el patrimonio público de las entidades rescatadas con dinero público. La lógica es aplastante: No puede haber gente expulsada de sus casas mientras los bancos rescatados con dinero público acumulan viviendas vacías. Es una obligación devolver esas viviendas a su función social.